29 jul 2010

¿AIRES DE CAMBIO?

Resulta difícil analizar situaciones, propósitos e intenciones, y menos pronósticos, mientras los acontecimientos estén “ocurriendo”. Sólo cuando se conviertan en pasado podremos comprenderlos, es decir cuando los veamos desde el futuro, que entonces será pasado.

Esto hace muy difícil cualquier pronóstico, pero queda el espacio para las hipótesis, en éste me moveré.

Para abordar cualquier escenario es necesario tener presente las múltiples variables que lo conforman, algunas evidentes, otras no tanto, pero todas tienen un peso específico en los procesos de cambio.

En el “caso cubano”, el alto nivel de incertidumbre generado por la complicada dinámica de poder entre los hermanos Castro, y la muy desgastada galería de “cuadros históricos” , hace más difícil cualquier intento de pronosticar la evolución del proceso, entre otros factores, porque como sabemos, la primera opción de todos, es conservar el poder, y aunque resulte difícil creerlo, esto les resulta cada día más “cuesta arriba”.

Quizás es muy aventurado afirmar que la correlación de fuerzas entre la disidencia y el gobierno es cada vez más equilibrada, pero como dicen que “el mundo es de los osados y los valientes”, me atrevo por osada.

En Cuba, donde por muchos años no ocurría nada que lesionara el “establishment”, los sucesos ocurridos en los últimos años, desde que Fidel Castro abandonara el poder, incluyendo el hecho mismo de dejar de ser el presidente después de 48 años, marca un punto de inflexión en el proceso de cambio, que a partir de entonces ha sufrido variaciones en la dirección y el ritmo que le imprime el nuevo status.
Existe un proceso generado por unas fuerzas impulsoras de cambio (la disidencia) que siempre han estado latentes, y otras fuerzas restrictivas, representadas por el gobierno que conforman una dinámica que le ha permitido a la disidencia ganar espacios de poder, muy a pesar del gobierno, y muy a pesar de los que creen que en Cuba no pasa nada, y no pasará hasta la muerte de FC.
El gobierno se debilita por su propia incapacidad de sostenerse. Durante 51 años, su “gran inversión” ha estado en función de mantener su poder, y el alto costo lo ha pagado el pueblo con una pobreza creciente, con enormes limitaciones a los derechos humanos, una ínfima capacidad de satisfacer sus necesidades básicas, y una absoluta imposibilidad de progresar en ningún sentido.
Ciertamente hay muchos motivos para el escepticismo respecto a los cambios en la isla. Los vaivenes en las decisiones que tímidamente benefician al pueblo, y la resistencia a negociar para lograr las transformaciones necesarias, han sido una constante del gobierno que sistemáticamente ha insistido con su discurso anquilosado, en acusar de todos sus males “al imperio”, negándose a reconocer su responsabilidad en el asunto.
Pero justamente, mantenerse en esta posición intransigente, como suele ocurrir, lo que ha hecho es empeorar su situación, y hoy se encuentra más acorralado externa e internamente.

Internamente el gobierno está completamente impassado. Las divisiones debilitan el poder. Raúl Castro no logra tomar las riendas del poder y hacer los cambios que quisiera, si es que realmente quiere. Fidel, no es el presidente, pero no se resigna a hacer “mutis por el foro”, aparece, desaparece, desvaría, delira, en una patética decrepitud, que mantiene al país y al mundo confundido. Los “cuadros políticos históricos” que quedan, están cada vez más deteriorados, cansados y seguramente también confundidos y quien sabe, algunos hasta desesperados. El debilitamiento de las instituciones, la corrupción, la ruina económica, el endeudamiento, es grosso modo el saldo de 51 años de ineptitud. Ya ni vendiendo su fuerza de trabajo bajo la modalidad de “esclavitud moderna”, puede sostenerse. La inmovilidad del gobierno es obvia y la necesidad de cambios inminente.

En este panorama de evidente desventaja del gobierno, es notable el espacio ganado por la disidencia, que a pesar de la feroz represión, ha logrado, primeramente surgir y ser reconocida como tal, lo que le ha permitido el apoyo externo e interno. Esta fuerza expresada en las sistemáticas manifestaciones de Las Damas de Blanco, los blogueros, expresiones de una naciente contracultura con grupos musicales como “Porno para Ricardo”, “Los Aldeanos” y otros, con sus nuevas “canciones protesta”, ahora no al imperialismo, si no al hambre, la miseria y la falta de libertades, obras de teatro y cine de denuncia de los dolores y miserias del pueblo, los grupos de adolescentes asentados en la Avenida de los Presidentes, buscando un espacio para actividades propias de sus edades y su tiempo, y como colofón, las huelgas de hambre de Orlando Zapata Tamayo, ahora mártir, y Guillermo Fariñas, para lograr la liberación de los presos políticos.

La liberación de los presos políticos, que aunque siempre hayan sido una carta debajo de la manga del gobierno, esta vez, esa liberación ha sido un logro de todos estos heroicos disidentes que han luchado incansablemente, hasta con su vida (OZT) para lograrlo. Esto es un cambio.

La lucha de los blogueros y en particular la de Yoani Sánchez y su esposo Ricardo, maltratados física y psicológicamente, vejados, y violado su derecho a viajar por enésima vez, y otros tantos, que desde sus reducidos espacios, y escasa posibilidad de acción, arriesgan su libertad y sus vidas por denunciar y lograr las transformaciones que necesita Cuba. Esto es un cambio.
Hace algunos años esto era impensable. Los que vivimos en Cuba hasta hace 18 años y que nos hemos mantenido viajando a la isla y conocemos las intríngulis del país, sabemos que era impensable que esto ocurriera.
Como dije anteriormente múltiples variables intervienen en determinados escenarios, este no será la excepción. El limitado acceso a las nuevas tecnologías ha sido determinante para que la disidencia exponga al mundo la realidad cubana, Internet, a pesar de tener acceso más que limitado ha sido una suerte de multiplicador de la realidad a través de los muchos blogueros que desde dentro denuncian no sólo la precaria situación, si no los abusos y detenciones. Los teléfonos celulares, otra vía de comunicación y exposición al mundo. Y un cambio es, que a pesar de no haber Internet, y de que los teléfonos celulares hay que pagarlos en $, los disidentes se mantienen en contacto con el exterior y desde el exterior. Amigos y desconocidos pagan sus teléfonos para que puedan continuar comunicados, informando y denunciando.
Estos espacios no existían antes, y han sido ganados a riesgo de perder su libertad y su vida. Esto es un cambio.
La mediación de la iglesia para la liberación de los presos es otra variable a considerar. Significa que se está reconsiderando como institución por el gobierno. Esto es otro cambio
Independientemente de los intereses de España en que se levanten las sanciones de UE a Cuba, la decisión de liberar a los presos como condición para levantar las sanciones, y para lograr un acercamiento y posibles negociaciones con USA, es un cambio.
Las transformaciones son procesos que van surgiendo de pequeños cambios, que se van gestando en el tiempo y van generando una nueva condición.

La supervivencia del gobierno depende de su capacidad de adaptarse a los cambios internos y del entorno, de su flexibilidad.

La supervivencia de la disidencia, depende de su capacidad de mantener sus fuerzas impulsoras cada vez más cohesionadas hacia sus objetivos. Los cambios tienen su propio ritmo y el impacto de un aparente pequeño cambio es imprevisible.

Mi hipótesis es, que en Cuba sí están ocurriendo cambios, los cambios necesarios para lograr una verdadera transformación, y eso no depende de que FC se muera o no. Su muerte no va a transformar al país.

La verdadera transformación, es la transformación de la consciencia de cada cubano que esté decidido a cambiar su vida y la suerte de su país, y esa transformación ya está ocurriendo. Lo otro, lo que espera el mundo, son cambios de fichas que tendrá el impacto para el mundo de asistir a la muerte de otro dictador ya devenido un anciano decrépito y delirante, soñando con una guerra que acabe con el imperio norteamericano, y para su hermano la libertad de realizar no sabemos qué sueño.

El verdadero cambio vendrá de esa fuerza impulsora, que quiere vivir libre y ser dueña de su destino, apoyada por otras fuerzas impulsoras que quieren lo mismo desde donde estén.

El cambio está. Esa voluntad ya está, sólo hay que continuar.




Acto "particular" de Fidel Castro el 26 de Julio del 2010, en Artemisa, un pueblo a 50 km de La Habana, mientras de celebraba el acto oficial en la provincia de Villa Clara (¿pataleos de ahogado?)
¡Impensable!  Esto es un cambio











Otra aparición de F. Castro
























 
 
 
 
 
 
 
 
 
                                            

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho el análisis en el que tenemos más del 99% de coincidencia.
Creo que el cambio es efectivamente personal - paradigmático y que impacta al país.
Llegó por evolución, y con ironía de mi parte, los cambios cuantitativos (los fracasos cuantitativos de la revolución), los cambios 1 interminables para que no cambie el poder de manos, iniciaron en el tiempo, el cambio cualitativo o cambio 2 (esta transformación cultural que se vive y que narras y ejemplificas muy bien).
Las revoluciones no engendran cambios cualitativos, porque imponen y la gente no se resiste al cambio, se resiste a que le impongan los cambios. Los paradigmas caen en el tiempo, y mientras unos mueren, otros nacen. Ninguna revolución ha logrado quedarse, en mi opinión, por esta razón. Llegan, imponen una idea, y empiezan a matar, y así continúan y mueren a manos de ... ellos mismos. Lo patético de la revolución cubana es su vejez, tal cual la rusa, que murió de vieja, pero la nuestra muere con Alzheimer, y todo tipo de degenerativas. imagina sólo una reunión de lo que queda de los históricos, entre que no oyen, se le sale la plancha, se les olvida por qué discuten... que patético... y en medio de esto, los nuevos ¿líderes - títeres?, que ni ellos mismos saben qué hacen entre estos cadáveres insepultos, a los que no creo que nadie trate de desenterrar nunca.
La política debería ser el arte de manejar estas transformaciones, para lo cual se requiere una visión sistémica altamente compleja que permita comprender tus párrafos iniciales de mirar desde el futuro para ver el presente como pasado y comprender los impactos, pero en general, los comunistas invierten este esfuerzo para quedarse en el poder, y los capitalistas para imponer su dictadura en los mercados, y nadie lo hace con un sentido ecológico.
Gracias por tus reflexiones y el desasosiego.
Ela